La optometría comportamental es una disciplina que
evalúa el procesamiento de la información visual y las habilidades visuales que pueden ocasionar una interferencia en el proceso de aprendizaje del niño, algo que le afecta hasta el punto de no poder expresar en el papel su potencial intelectual o alterando su calidad de vida.
La optometría comportamental no se ocupa de las patologías sino de las disfunciones visuales que ocasionan problemas de aprendizaje, traumatismos cerebrales derivados de accidentes pero también problemas de estrabismo, ambliopía, problemas de desarrollo y lateralidad o visión doble (dipoplía).
En la optometría comportamental
se realizan ejercicios a nivel motor y sensorial, se trabaja con las vías de entrada visual y auditiva así como en su procesamiento, para que tenga una correcta respuesta en las vías de salida. Para mejorar el funcionamiento visual se trabaja en el campo de los movimientos oculares, el enfoque, la acomodación o la visión en tres dimensiones.
Habilidades que trata la optometría comportamental.
01
OCULOMOTRICIDAD
Unos movimientos oculares bien integrados serán fundamentales para actividades cotidianas como la lectura, el trabajo con ordenador, la práctica deportiva o la conducción.
02
VISIÓN BINOCULAR
Una binocularidad adecuada es esencial para hacer juicios espaciales correctamente, alcanzar objetos o cambiar la mirada de una distancia a otra, entre otras funciones.
03
ACOMODACIÓN
Una acomodación estable y flexible nos facilita un rendimiento visual eficaz, especialmente en tareas en visión próxima.
04
INTEGRACIÓN CENTRO-PERIFERIA
Una adecuada integración centro-periferia nos permitirá realizar unos movimientos oculares más efectivos y, en consecuencia, una mejor binocularidad y acomodación, facilitando el procesamiento de la información visual.